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El pasado sábado 10 de septiembre los vecinos y vecinas que vivimos en los barrios obreros marchamos por las calles de Sevilla reclamando lo que es nuestro: el fin de los cortes de luz, de los abusos en las facturas y del abandono institucional.

El abandono institucional y la degradación de nuestros barrios están a la orden del día en todo el país, pero todos los problemas que ya sufríamos se han exacerbado: recortes salvajes en servicios públicos básicos como sanidad y educación, por no hablar ya de la limpieza y el transporte público… En Sevilla, con tres de los cuatro barrios más pobres del Estado Español, la situación se ha hecho insostenible y ha estallado con un movimiento vecinal impresionante contra la avaricia de ENDESA y los cortes de suministro eléctrico que hemos sufrido justo cuando las olas de calor eran más sofocantes.

Las casetas del Sindicato de Estudiantes, Libres y Combativas e Izquierda Revolucionaria vuelven a convertirse en instrumentos para la reivindicación y la lucha en esta nueva edición de la Feria de Málaga.

Los barrios obreros de Sevilla están en pie de guerra. Abandonados durante décadas por la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla, la situación ha alcanzado un punto límite este verano. Bajo un calor abrasador, ENDESA sigue cortando diariamente el suministro de luz abocando a miles de vecinos a unas condiciones insoportables.

Ayuso supera sus propios límites de clasismo reaccionario y establece que para recibir sus populares becas a familias ricas no solo sumará puntos cada hijo que componga la unidad familiar, sino también los “concebidos, pero no nacidos”. Es decir, una familia con un hijo que ingrese 107.739 euros anuales, una cantidad más que ingente, podrá beneficiarse de las arcas públicas a través de esta beca. Pero si además esperan otro hijo, podrán cobrar esta beca a pesar de llegar a ingresar ¡143.652 euros anuales! La aplastante mayoría de los jóvenes jamás veremos una cantidad ni parecida entrar en nuestros hogares, especialmente en una Comunidad en la que más del 70% de los trabajadores no llegan a ingresar 30.000 euros anuales.