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La FP pública se encuentra en una situación crítica. El curso 2024-2025 arrancó con record histórico de no admitidos por falta de plazas (50.000 tan solo en Madrid), nos faltan materiales, no tenemos suficientes profesores, ciclos eliminados de un día para el otro porque no hay recursos y, por si fuera poco, este año seguimos sin tener garantizadas las plazas para hacer las FCTs que nos corresponden.
Que esta situación haya llegado a un límite insostenible tiene responsables. Muchas veces se nos dice que es por falta de coordinación entre administraciones, que se trata de errores en la gestión de la FP o que incluso son problemas que derivan de la dirección de nuestro centro.
Sabemos que no. Que aquí hay un plan para seguir haciendo negocio con un derecho como es la educación pública, y más en una rama en auge como es la FP. En el estado español, la Formación Profesional ha crecido más de un 55% en la última década. Sin embargo, mientras los estudiantes de la pública se han incrementado un 31%, y los de la educación concertada un 23%, los de los centros privados han aumentado un 468%. ¡Un 468%! Imaginaos el dinero que se embolsan todas estas empresas privadas que ni nos garantizan una educación de calidad ni les importa nuestra preparación académica.
Esta realidad es todavía más grave en las comunidades donde gobierna el Partido Popular, y en Madrid lo sabemos bien. La Consejería de educación de Ayuso nos ha dejado claro que le da igual si no tenemos prácticas, que lo único que les interesa es seguir privatizando y vender al mejor postor los servicios públicos. Matrículas cada vez más elevadas, becas para los hijos de los ricos, masificación en las aulas… ¿Para qué? Para echar a las y los estudiantes de la clase trabajadora, que solo estudie quien lo pueda pagar, y los demás, a buscar un empleo precario y sin rechistar.
La FP y toda la educación pública está en ruinas. Y depende de nosotras y nosotros recuperar todo lo que nos han robado. El año pasado protagonizamos una gran rebelión contra la falta de FTCs, y problemas así se seguirán repitiendo curso tras curso, y cada vez peor, si no ponemos fin a esta orgía de privatización, recortes y ataques del Gobierno de la CAM.
Unamos fuerzas entre la FP, institutos y universidades públicas para defender nuestra educación y derechos. ¡Organicemos la respuesta!