Manifestación sábado 30 de septiembre · 11.00h
Seguimos asistiendo a un rápido deterioro de los barrios obreros de Sevilla. A través del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, el Partido Popular va a la ofensiva para acabar con todos nuestros derechos. Todos los servicios públicos están bajo ataque, mostrando sus efectos más duros en la sanidad, vivienda y educación, a la vez que la inflación nos golpea duramente. La vuelta al cole está volviendo a poner sobre la mesa la subida radical del coste de la vida.
Sin embargo, mientras se recorta en derechos sociales, el PP sigue engordando los bolsillos de sus amigos empresarios a través de la privatización, las excepciones fiscales para los ricos y las subvenciones. La derecha gobierna para defender los intereses de las grandes empresas y los señoritos.
La otra cara de la moneda son nuestros barrios, abandonados, destruidos y precarizados. Pero a esto hay que añadir que en Sevilla más de 15 mil familias somos víctimas de cortes de luz criminales. ENDESA se forra con facturas que son un auténtico atraco para las familias trabajadoras: tan solo en 2022 ENDESA obtuvo 2.398 millones de beneficio neto (un 26% más que en 2021), sin embargo, se niega a invertir un céntimo en nuestros barrios. Da igual que las infraestructuras tengan 60 años de antigüedad o que esta situación se haya cobrado la vida de 4 personas. Los beneficios empresariales son sagrados para estos criminales. ENDESA no está sola: el Ayuntamiento y la Junta son cómplices de esta situación. Han actuado como firmes defensores de la multinacional, criminalizándonos, insultándonos e ignorándonos, en un intento inútil por abortar nuestra lucha.
Pero los vecinos y las vecinas de varios barrios obreros no nos hemos quedado de brazos cruzados. Nos hemos organizado para responder a esta situación, convocando manifestaciones, hemos ocupado centros cívicos y desafiado a la multinacional y sus defensores. Gracias a esto, hemos obligado a ENDESA y al Ayuntamiento a hacer algunas concesiones, pero no son suficientes. La electricidad es un sector estratégico y necesario para la vida, por lo que debe ser un servicio público, que suministre electricidad de forma asequible y ser controlada por los trabajadores y comités vecinales para que decidan las inversiones y mejoras necesarias. Nuestra lucha en defensa de nuestros barrios es también la lucha por la nacionalización de las eléctricas y su puesta bajo control democrático.
También hay que decir que la posición del Gobierno central no es aceptable. Millones de trabajadores hemos votado a la izquierda y hemos derrotado a la derecha. Esta es la muestra de la voluntad de lucha y la conciencia antifascista que tenemos la clase trabajadora y la juventud. Sin embargo, la amenaza de la extrema derecha sigue muy presente: el hecho de que el bloque PP-VOX se haya quedado a tan solo 4 escaños de la mayoría absoluta es síntoma de ello. La renuncia del gobierno de coalición a transformar la vida de los trabajadores y las trabajadoras, derogando de verdad la reforma laboral, la ley mordaza, la contrarreforma de las pensiones o la racista ley de extranjería, nacionalizando las eléctricas y la banca y acabando con los recortes… son precisamente las que allanan el camino a la demagogia de la extrema derecha.
Ahora más que nunca necesitamos construir una alternativa desde abajo, que se base únicamente en la fuerza de nuestra clase. Necesitamos una izquierda que retome el sindicalismo combativo y de clase, que impulse el movimiento feminista revolucionario, que enfrente a la extrema derecha… en definitiva, necesitamos construir una Izquierda Revolucionaria. Solo organizándonos en cada barrio, en cada centro de trabajo y de estudio, y luchando podemos conquistar derechos y acabar con este sistema que solo nos ofrece pobreza, explotación y violencia para la mayoría.
¡Todas y todas a la manifestación el 30 de septiembre!
¡Sólo la lucha consigue derechos!