El 15 de octubre, por la mañana y por la tarde, volvimos a vivir una jornada desbordante de lucha contra el genocidio contra el pueblo palestino perpetrado por el Estado nazisionista de Israel avalado por su aliado, el imperialismo estadounidense  y  con la complicidad de los Gobiernos que con su inacción e hipocresía permiten que la barbarie sionista se imponga.

A pesar de la intensa campaña para intentar hacernos creer que la farsa del acuerdo de paz es un paso decisivo para solucionar la situación del pueblo palestino, cientos de miles hemos vuelto a llenar las calles de todo el Estado. El 15 de octubre, por la mañana y por la tarde, volvimos a vivir una jornada desbordante de lucha contra el genocidio contra el pueblo palestino perpetrado por el Estado nazisionista de Israel avalado por su aliado, el imperialismo estadounidense  y  con la complicidad de los Gobiernos que con su inacción e hipocresía permiten que la barbarie sionista se imponga.

 

 

Uno de los objetivos del plan auspiciado por Trump es neutralizar la rebelión de masas que ha sacudido el mundo durante estas semanas. La Administración estadounidense y todos los Gobiernos (con los dirigidos por la socialdemocracia en primera línea), que se pliegan dócilmente a sus dictados, han puesto todos sus recursos en marcha para intentar desactivar la acción de las masas: los medios comunicación, las instituciones internacionales…todos ellos han funcionado como una correa de transmisión con la nada disimulada pretensión de imponer la paz social por todos los frentes.

En el Estado español, a burocracia de CCOO y UGT, presionada por la rebelión social que cientos de miles de jóvenes, trabajadoras y trabajadores venimos protagonizando desde hace meses contra el genocidio, anunció para este día la convocatoria de paros parciales de dos horas. Después de dos años de masacre en Gaza, en los que estos sindicatos han mantenido un clamoroso silencio, pretendían camuflar su inacción con paros y acciones simbólicas que en palabras del propio secretario general de CCOO no buscaban “paralizar la producción”, sino que los trabajadores "visualizaran su reivindicación para exigir el fin del genocidio y un futuro para Palestina".

Los dirigentes de CCOO y UGT, más allá de comunicados y declaraciones a los medios y en redes sociales, no han movido un dedo para organizar la movilización de los trabajadores en las empresas. A pesar de esto y gracias a la iniciativa de la juventud y de la clase obrera, impulsada por numerosos colectivos sociales y sindicatos combativos, este 15 de octubre se ha convertido en una nueva gran jornada de lucha contra la masacre sionista, con  cientos de miles en las calles de todo el Estado.

 

 

Desde primera hora de la mañana piquetes, cortes de carretera y paros se tuvieron lugar por todo el Estado. En Catalunya se formaron nutridos piquetes que recorrieron las calles de numerosas localidades y la huelga fue total en educación. En Euskal Herria quedó paralizada la actividad de grandes empresas como CAF, Indaux o PEPSI. En Andalucía la imagen de la televisión pública paralizada por los propios trabajadores y trabajadoras de Canal Sur ha corrido como la pólvora, etc.

Con estos paros la clase trabajadora vuelve a señalar el camino para derrotar al sionismo y al imperialismo: la lucha de masas y la huelga general.

A las 12h las más de 40 manifestaciones organizadas por el Sindicato de Estudiantes, en el marco de la huelga general estudiantil que el SE convocó, supusieron un puñetazo encima de la mesa. Una marea de jóvenes se dejó la voz gritando “¡Esta paz es una farsa!” y señalando a quienes pretenden vender el colonialismo y la limpieza étnica como una paz real y justa, ¡que no nos engañáis! ¡La lucha sigue hasta que Palestina sea libre! Decenas de miles de jóvenes volvieron a salir a la calle y en muchas ciudades, como Sevilla, Granada, Madrid o Ferrol, confluyendo con trabajadores en huelga. Una buena muestra de la enorme conciencia anticapitalista y antifascista de la juventud, y que desmiente todos estos discursos sobre su supuesta derechización.

Por la tarde, las ciudades de todo el Estado se vieron sacudidas por el grito ensordecedor contra los genocidas y sus patrocinadores: Trump, Abascal, Ayuso y la extrema derecha internacional. En Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Cádiz, Vigo, A Coruña, las capitales de Euskal Herría… en todo el Estado cientos de miles dejaron claro el rechazo unánime a la paz de los genocidas.

En más de 200 localidades la solidaridad con el pueblo palestino fue un clamor contra los Netanyahu y sus cómplices, pero también contra todos los Gobiernos y esa llamada Comunidad Internacional que dice posicionarse en favor de la causa palestina pero que luego aplaude el acuerdo de paz de los genocidas, sumándose y formando parte de los que pretenden engañarnos, y se niega a romper relaciones con el Estado sionista.

 

 

Ayer también volvimos a dejarnos la voz cantando para preguntarle a Pedro Sánchez: “¿a cuántos niños tienen que matar para cortar con el sionismo criminal?” Las compañeras y los compañeros del Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria participamos en estas movilizaciones en las que organizamos nutridos cortejos integrados por multitud de jóvenes y trabajadoras y trabajadores.

Este día 15 la hipocresía del Gobierno del PSOE quedó, de nuevo, nítidamente reflejada en las imágenes aberrantes de la policía cargando contra manifestaciones pacíficas en solidaridad con el pueblo palestino. En Barcelona y en València se vivieron cargas policiales salvajes que dejaron más de 20 detenidos. En València, la policía realizó varias detenciones entre las que se encontraban 2 compañeros de Esquerra Revolucionària y del Sindicat d´Estudians, a los que mantuvo durante horas encerrados y esposados. Una actuación propia de la dictadura franquista y su policía política. Grande-Marlaska es el campeón de la represión contra la izquierda y la protesta social, ¿así nos dice el PSOE que se tiene que combatir a la extrema derecha?

 

 

Pese a la represión policial, la clase trabajadora y la juventud volvió a salir masivamente a la calle contra el genocidio al pueblo palestino. Una vez más quedó patente que solo la solidaridad internacionalista puede parar la masacre.

Hay que organizar toda la rabia, la fuerza y la enorme iniciativa de nuestra clase para enfrentar al sionismo y al capitalismo.

Por eso os animamos a uniros a Izquierda Revolucionaria para levantar una alternativa de combate contra la barbarie que supone este sistema decrépito, cruel, inhumano e injusto.

La lucha por transformar la sociedad es la única alternativa

 ¡Palestina vencerá, desde el río hasta el mar!