El pasado sábado 10 de septiembre los vecinos y vecinas que vivimos en los barrios obreros marchamos por las calles de Sevilla reclamando lo que es nuestro: el fin de los cortes de luz, de los abusos en las facturas y del abandono institucional.
Después de más de dos meses de lucha ejemplar, con movilizaciones, asambleas y ocupaciones de centros cívicos, los vecinos y vecinas nos lanzamos a organizar la convocatoria de la Plataforma Barrios Hartos del 10S con determinación. Los propios vecinos y vecinas arrasaban con los carteles y panfletos para poder difundir la convocatoria por los barrios. No ha sido ningún descubrimiento: las pegadas, los repartos, las asambleas… todo forma parte de los métodos y la tradición de lucha de nuestra clase.
Los compañeros y compañeras de Izquierda Revolucionaria y del Sindicato de Estudiantes participamos en la convocatoria de Barrios Hartos en primera línea. Organizamos pegadas y repartos en la mayoría de los barrios de la ciudad, haciendo un llamamiento a la clase obrera y la juventud a participar masivamente en la manifestación.
El sábado pudimos ver los frutos de esta convocatoria: una movilización extraordinaria, en la que participamos miles, y que expresaba toda la ira acumulada durante meses de cortes y subidas. “¡ENDESA culpable, gobierno responsable!” “¡Hace falta ya una huelga general!” “Tenemos la solución ¡nacionalización!”. Estas fueron solo algunas de las consignas que más se corearon. Una vez más, la clase obrera le daba una lección a quienes hablan de una “correlación de fuerzas desfavorable”.
Es evidente que existen posibilidades reales de extender y ganar esta lucha. No es ninguna casualidad la tremenda simpatía que ha despertado la propaganda de la convocatoria, exigiendo la nacionalización de ENDESA y el fin del abandono institucional, incluso en los barrios donde no se producían cortes.
La lucha contra los cortes de luz ha puesto sobre la mesa el completo abandono al que nos someten a quienes vivimos en barrios obreros: nuestros ambulatorios con una falta de personal e infraestructuras crónica, nuestros institutos y colegios en una situación desastrosa, la raquítica inversión pública… todo esto se une al paro, la precariedad y la subida de los precios que nos golpea a la clase obrera día tras día. Este es el combustible que alimenta la incansable lucha de los barrios obreros en Sevilla.
La movilización vecinal en Sevilla ha lanzado un mensaje muy valioso para el resto de los trabajadores y jóvenes de todo el estado: la clase obrera en movimiento puede ganar cualquier batalla que se le presente. Ahora que estamos ante una ofensiva patronal salvaje, una escalada de recortes en los servicios públicos y que las empresas se están forrando con la subida de los precios a costa de nuestra ruina, es necesario mas que nunca tomar el camino de la lucha y la organización contra el sistema capitalista.
¡Tenemos fuerza para doblegar a ENDESA y a quienes la defienden!