Desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes queremos mostrar nuestro apoyo y total solidaridad con las alumnas del IES Elisa y Luis Villamil de Vegadeo (Asturies). El pasado 10 de octubre, 14 alumnas se atrevieron a denunciar por escrito ante la dirección del centro a un profesor por acoso. Denuncia que fue trasladada a Inspección Educativa y que este 20 de enero, más de tres meses después, hizo efectiva con la suspensión de empleo y sueldo del profesor, todavía pendiente de la Sección Territorial de Avilés para empezar la investigación que decidirá si existe o no delito.

Catorce testimonios parecen no ser suficientes para tomar medidas inmediatas que las protejan. Tanto el equipo directivo como la Consejería de Educación se lo tomaron como una cuestión burocrática que pueden tardar meses y meses en resolver, demostrando que la salud mental y física de las alumnas no es la principal preocupación. Una y otra vez recibimos el mismo mensaje: aunque hables, aunque intentes contarlo y denunciarlo no te van a creer. Continuaron obligadas a seguir compartiendo espacio con este despreciable machista todo este tiempo.

Lo que cuentan las alumnas en los testimonios es completamente asqueroso: se atreve a tocarlas, a abrazarlas, a hacerles “cosquillas”, a besarlas en las mejillas, a hacer comentarios más que inapropiados, a una de las alumnas le lanzó una tiza dentro del escote y a otras les tiraba del pelo hasta juntar su cuerpo con el suyo. Es repugnante.

No es un loco, no es un caso aislado dentro del sistema educativo. Es el resultado de que se les permita actuar con total impunidad, de poner en duda los testimonios en vez de echar de forma inmediata a un profesor que supone un peligro para las alumnas, que continuaba teniendo contacto directo con ellas y que ya había tenido comportamientos abusivos con alumnas y alumnos en otro centro.

En 2019, en el IES Carlos Bousoño de Boal, fue acusado de trato vejatorio a sus alumnas y alumnos. Acudieron a sus madres y padres porque les pegaba con una regla de madera y con libros para corregir las conductas que consideraba inapropiadas. Además, contaron que les propuso “jugar a los médicos” y guardar el secreto.

En ese momento, el centro tomó la medida de que el profesor diera clase supervisado por una profesora mientras el Principado de Asturies investigaba la situación para que, al final, él terminase el curso sin ningún tipo de consecuencia y se fuera del centro educativo por decisión propia. Este es el resultado de la desidia de las direcciones de los centros educativos y de la Consejería de Educación. Es intolerable que los acosadores campen a sus anchas en la educación pública.

Cada vez es más evidente la urgencia de que la educación sexual inclusiva y en libertad se incluya desde los primeros años de la educación para tratar de evitar este tipo de comportamientos machista y también lo es la necesidad de que las actuaciones sean tajantes. No solo se le debe echar del centro, se le debe prohibir la docencia. Nuestras escuelas deben ser espacios libres de machismo, racismo y LGTBIfobia, y el acoso y el abuso no pueden quedar impunes, ni en nuestras aulas ni en ningún sitio.

Basta de llenarse la boca hablando de protocolos antiacoso para luego mirar hacia otro lado cuando de verdad tienen que actuar. Por ello, exigimos que se investiguen y se abran expedientes en cada caso de violencia y acoso machista dentro de las aulas y que se pongan sanciones ejemplarizantes empezando por la inhabilitación inmediata de estos machistas.

Es muy difícil atreverse a plantar cara a estos profesores acosadores en un sistema que pone por encima de todo cuidar la reputación de estos energúmenos y abandona a las alumnas intentando desanimar su lucha. Pero sabemos que la lucha es el único camino y, por eso, estaremos con vosotras hasta expulsarle a él y al machismo de nuestras aulas.