¡Hay que parar los pies a la derecha y a los destructores de lo público!
El derecho a la educación pública no ha dejado de recibir ataques salvajes desde que las y los estudiantes tenemos memoria. El curso pasado ya se cerró con una situación absolutamente ruinosa: abandono de nuestros centros, eliminación de plazas públicas en la FP, ratios inmanejables o despidos de profesores fueron la tónica. Pero lo peor es que este septiembre no augura nada distinto.
PP y VOX en guerra contra la educación pública
Somos jóvenes, pero no nos chupamos el dedo. Sabemos que esta situación no cae del cielo ni es fruto de una falta de recursos económicos. Es un plan perfectamente orquestado por las y los mayores defensores de este sistema - la derecha y la extrema derecha - para poder finalmente quitarse de en medio el estorbo que supone para sus intereses la escuela pública. Su objetivo es que el negocio de la privada y concertada crezca tanto y tan fuerte como sea posible. Y ya de paso, que ocurra lo mismo con el dinero que sacan de este negocio tanto ellos como sus amigos empresarios del sector.
Quieren que todo el dinero de la pública se transfiera directamente a sus academias, colegios privados y facultades de élite. Por eso sus ataques furibundos no cesan.
En sólo unos meses el Partido Popular, de la mano de VOX, nos ha dejado ejemplos de sobra, como el fin de la presencialidad de los ciclos formativos para adultos en Galiza, anunciar la construcción de dos universidades privadas en Andalucía mientras la precariedad y tasas inaccesibles se extienden en las públicas, o la eliminación de la gratuidad universal de los comedores escolares en Extremadura.
Allí donde gobierna la derecha, la hoja de ruta está clara. Andalucía es la comunidad autónoma donde se cierran más aulas públicas (han eliminado para este curso 300), donde más suben los precios del aula matinal, de los comedores escolares y de las actividades extraescolares. También se encuentra, junto con la Comunidad de Madrid dirigida por Ayuso, a la cabeza de las comunidades que menos invierten en educación pública.
El bipartito de PP-VOX valenciano tampoco se ha hecho esperar, proclamando iniciar este curso “sacando la ideología de las aulas y recuperando la libertad” y afirmando que “sobran profesores”, mientras los sindicatos y plataformas educativas denuncian que muchos centros no cuentan con la plantilla completa, que no se están cubriendo gran parte de las sustituciones y que numerosas aulas aún no tienen tutores adjudicados. Un auténtico desastre.
Ayuso riega de dinero a los Cayetanos con lo que roba a las familias obreras
Los ataques en la CAM implementados por Díaz Ayuso son la joya de la corona para la derecha y el lobby de la privada. Sin ningún tipo de reparo, la presidenta ha hecho bandera de su ideario trumpista durante el último curso, destinando 43,5 millones de euros a becas para las familias que ingresan más de 100.000 euros al año, impulsando ayudas para que estas exploten a trabajadoras domésticas con dinero público mientras que cada año fulmina decenas de miles de plazas de la FP y no podemos cursar todas las asignaturas ofertadas en nuestros centros gracias a los despidos de nuestros profesores.
La última de la trumpista madrileña ha sido acabar con la presencialidad en el bachillerato nocturno, una modalidad a la que muchas y muchos recurrimos para retomar estudios, compaginar nuestra formación con empleos o simplemente para obtener una titulación que nos ayude a escapar de la precariedad.
Y estos millones de euros que la presidenta se ahorra con sus recortes salvajes, los pone a buen recaudo. Concretamente en manos de empresas privadas como Glovo y fundaciones vinculadas a los Legionarios de Cristo, a las que les ha otorgado la gestión y distribución de los comedores sociales públicos de la Comunidad de Madrid. La alimentación de miles de familias y niños en manos de explotadores y reaccionarios ultracatólicos que sólo buscan hacer caja rebajando la calidad del servicio ¡qué vergüenza!
Y eso es sólo el aperitivo. Muchos telediarios de ámbito estatal se han visto obligados a reflejar el caótico comienzo de curso en la Comunidad de Madrid, sin profesores en primaria y secundaria, según la Consejería de Educación debido a un “error informático”. Frente a la propaganda de la Consejería, alegando que “el curso comienza con la cifra récord de 63.041 profesores”, la sangrante realidad no se puede esconder. No sólo se han dejado sin cubrir 3.500 plazas con profesores interinos, sino que las que se han cubierto lo han hecho de una forma absolutamente desastrosa: adjudicación de asignaturas a profesores de otras materias, sin tener claro a qué centro educativo pertenecerán este año y con las listas publicadas con más de un mes de retraso.
El resultado: miles de estudiantes a mediados de septiembre no estamos cursando el total de asignaturas del trimestre, los profesores que sí tenemos adjudicados están desbordados y sobre estas condiciones, la calidad educativa que recibimos en la pública es cada vez peor.
Una radiografía educativa que pone al Estado español a la cola de la UE. ¡Basta de excusas y de propaganda!
Si bien allí donde gobierna la derecha la situación de la educación y el conjunto de los servicios públicos es crítica, el deterioro de la educación, la sanidad públicas, así como el resto de los servicios sociales han seguido deteriorándose allí donde el PSOE, en solitario o con el apoyo de Unidas Podemos, ha estado gobernando. También las privatizaciones no sólo no se han revertido sino que han seguido avanzando. Todo ello con el Gobierno central dejando hacer.
Sabemos muy bien lo que la derecha extrema pretende hacer con nuestra educación y por eso la hemos frenado en las urnas. Ahora tenemos que defender nuestro derecho a estudiar y lo primero es decir que los datos educativos son muy preocupantes y están totalmente alejados del aparente “bienestar” del que tanto nos hablan desde el Gobierno de coalición: según el último informe de la OCDE, el 27% de los menores de 35 años en el Estado español no tiene estudios más allá de la Enseñanza Obligatoria, encabezando el ranking de la UE en cuanto a abandono escolar. En consecuencia, cada vez somos más los jóvenes condenados a la total precariedad laboral y bajos salarios bajo la excusa de falta de estudios, engrosando los beneficios de las empresas privadas que ven muy conveniente la falta de acceso a una educación digna y gratuita para millones de nosotros.
Así se profundiza una situación en la que en el Estado español casi uno de cada tres menores de 18 años vive en riesgo de pobreza. Frente a las numerosas ayudas sociales de las que presume el Ejecutivo central, sólo el 11% reciben apoyo económico para el comedor, dejando fuera de este servicio a un millón de niños y niñas del que dependen por completo para recibir una comida caliente diaria, así como a sus familias que aun cobrando el salario mínimo no llegan a fin de mes para llenar la nevera. Mientras el aumento generalizado del coste de vida golpea a las familias trabajadoras, la edad de emancipación sobrepasa ya los 30 años de media, el desempleo juvenil está en un 28% en menores de 25 años (dato que supera cualquier otro país de la UE), la destrucción de nuestros barrios y la precariedad de nuestras condiciones de vida desata una crisis de trastornos de salud mental entre la juventud sin precedentes sin que se tome ni una sola medida.
Los recortes a la educación pública no hacen más que profundizar esta desigualdad entre clases, entre los que nacemos en Vallekas y los que nacen en el barrio Salamanca, mientras la clase dominante y los empresarios se lucran de ello.
Sabemos que la única forma de revertir estos ataques y proteger nuestros derechos es combatiendo de forma contundente a la derecha y extrema derecha, a los magnates de la privada y concertada, la dictadura del IBEX 35, la iglesia católica y el poder que aún hoy tiene sobre nuestra educación. El pasado mes de julio, miles de jóvenes votamos en las elecciones generales para impedir un Gobierno de derechas propio de los tiempos del franquismo, demostrando una vez más que sí hay voluntad de plantar cara.
Necesitamos políticas de izquierdas de verdad que lleven todo esto a cabo. Y esto sólo lo podemos arrancar movilizándonos. Por eso, es necesario organizar de forma inmediata manifestaciones, planes de lucha que incluyan huelgas de toda la comunidad educativa, estudiantes, sindicatos, docentes, trabajadores y familias, y que unamos fuerzas con todos los servicios públicos que también están bajo ataque. Hay fuerza para luchar. Es hora de ponerla en marcha.
¡Únete al Sindicato de Estudiantes!