Los medios de comunicación del sistema hablan de la escisión del movimiento feminista. Y, siendo honestas, es verdad que un sector minoritario, institucionalizado y que ocupa posiciones de poder en la administración, en los medios de comunicación y en las universidades, está llevando a cabo una campaña contra el supuesto “borrado de mujeres”, justo cuando las movilizaciones de las mujeres y jóvenes trabajadoras han adquirido una visibilidad extraordinaria.
Este sector no quiere oír hablar de feminismo anticapitalista, y se ha sublevado ante lo que consideran una agresión por el hecho de que la comunidad trans puede ver reconocidos legalmente una parte de sus derechos. Lo más llamativo es que en su cruzada tránsfoba se alían con organizaciones como Hazte Oír o la Iglesia Católica para difundir un mensaje reaccionario y opresor.
Para intentar encubrir su deriva, el feminismo institucional y conservador está utilizando, de manera demagógica, el abolicionismo de la prostitución y la pornografía, o la denuncia de los vientres de alquiler. Desde Libres y Combativas, que tenemos una trayectoria de lucha incansable contra la prostitución, las granjas de mujeres, contra la violencia machista y las sentencias patriarcales, queremos hacer las siguientes consideraciones:
1. Las caras visibles de este sector, como Carmen Calvo y otras muchas, han respaldado activamente la agenda política del PSOE en el Gobierno. Pero olvidan, conscientemente, que bajo los gobiernos “socialistas” el Estado español se ha convertido en el paraíso de los puteros y los proxenetas, el territorio que cuenta con más burdeles de toda Europa, y donde esta violencia extrema contra la mujer y las menores ha contado con un respaldo oficial descarado. Como siempre ha ocurrido en todos los asuntos importantes, el discurso del PSOE en la oposición siempre se tiñe de izquierdas, pero cuando llega al Gobierno capitula una y otra vez ante los grandes empresarios y la banca, metidos hasta las trancas en este negocio execrable.
2. Este feminismo, que se rasga las vestiduras por el supuesto ”borrado de mujeres”, respalda las numerosas contrarreformas laborales del PSOE que han entregado un poder extraordinario a la patronal, perpetuando así la discriminación laboral y salarial. Hay que lamentar que lo mismo haya sucedido con UP, pues la última reforma promovida por Yolanda Díaz no ha derogado la del PP y ha sido aplaudida con entusiasmo por la CEOE. Que el Estado español tenga uno de los índices de desigualdad de género más elevados del continente europeo dice mucho de lo que ofrece este feminismo gubernamental. En lugar de posar tan sonrientes en fotos con Ana Patricia Botín, Antonio Garamendi y otros capitalistas en las reuniones oficiales, deberían tener una preocupación real por las condiciones de explotación que sufrimos las trabajadoras precarias y desempleadas.
3. Los hechos prueban que este feminismo, cuando se sienta en el Consejo de Ministros, se niega a tocar los privilegios de la Iglesia Católica y el poder que ejercen en la escuela para difundir su ideología reaccionaria, machista y homófoba. Las ministras feministas de educación han rechazado implantar una asignatura de educación sexual inclusiva, a pesar de las huelgas estudiantiles masivas que hemos convocado desde Libres y Combativas. Ahora también evitan investigar los escándalos de pederastia que afectan a miles de víctimas de colegios católicos.
4. Ese feminismo del poder nunca ha manifestado el menor escrúpulo en aprobar leyes que provocan cada año miles de desahucios, que recortan salvajemente los recursos a la dependencia, la sanidad y la educación, y que nos golpean de manera hiriente. Obviamente, muchas de estas feministas viven completamente al margen de nuestros problemas. Su opresión de género es mucho más llevadera cuando se obtienen jugosos privilegios por salvaguardar la estabilidad del sistema capitalista.
5. Este feminismo que nos quiere ilustrar sobre “el borrado de mujeres", ¿qué medidas está impulsando, qué exigencias está planteando al Gobierno presidido por Pedro Sánchez para que el derecho al aborto en la sanidad pública se reconozca en la práctica? Hay que oponerse frontalmente a los vientres de alquiler, cosa que desde Libres y Combativas hemos hecho desde el minuto uno. Pero los derechos reproductivos de las mujeres hay que exigirlos también cuando se pisotean, porque este Gobierno cede ante la derecha y ante sectores de profesionales que alegan “objeción de conciencia” y nos impiden decidir libremente nuestra maternidad.
6. No podemos olvidar que este feminismo institucional se postra ante las sentencias patriarcales que amparan a los violadores y maltratadores, humillando y despreciando a sus víctimas. Este feminismo “siempre respeta la independencia del poder judicial”. Nosotras, las feministas revolucionarias, decimos que esta justicia está podrida, llena de fascistas y no nos representa. Y ponemos todas nuestras fuerzas en combatir a esta manada patriarcal con toga para conseguir una justicia real que nos proteja.
7. El feminismo capitalista, conservador, que se alía con Hazte Oír, que invita a banqueras y empresarias a sus actos, que considera a los hombres que apoyan la lucha de las mujeres como enemigos, que desprecia a la comunidad trans y desata una LGTBIfobia enfermiza de la que solo se beneficia Vox… este feminismo solo hace el juego al sistema y, aunque emplee reclamos para pescar en río revuelto, no nos engaña.
El movimiento por la liberación de la mujer trabajadora es enormemente poderoso. Lo hemos demostrado innumerables veces. Quienes diseñan las políticas de austeridad, los recortes y las reformas laborales, quienes privatizan y nos condenan a unas condiciones de vida miserables lo saben muy bien y por eso no quieren que volvamos a hacer historia. Han intentado acabar con nuestra lucha de muchas maneras y han fracasado siempre.
Cuando intentaron arrebatar el contenido revolucionario de la marea feminista, alegando que las mujeres que participan del poder económico que nos explota y asesina eran nuestras aliadas, se dieron de bruces con millones de oprimidas. No, las explotadoras no son bienvenidas en nuestro movimiento. Cuando dictaron sentencias para desalentarnos, como con la Manada de Pamplona, se encontraron con movilizaciones aún más multitudinarias. Cuando salimos a las calles contra el asesinato homófobo de Samu y dijeron que nuestra lucha no tenía nada que ver, miles de mujeres respondimos manifestándonos con nuestros hermanos y hermanas LGTBI en las plazas de todo el Estado: ¡Yo también soy un maricón de mierda! ¡Fascismo y homofobia es lo mismo!
Hay que recordar, porque se olvida fácilmente, que para acabar con la lacra de la prostitución no basta con su prohibición (¡formalmente ya lo está!). Es necesario poner fin a las condiciones de miseria que viven las mujeres que no tienen otra alternativa que vender su cuerpo para sobrevivir. Y esto solo será posible aplicando políticas de izquierdas de verdad, otorgando subsidios de desempleo dignos, garantizando toda la ayuda necesaria para que ellas y sus familias estén seguras, accedan a una vivienda decente, y no sean deportadas ni encarceladas por leyes de extranjería inhumanas. Y, muy importante, que se expropie todo el patrimonio de las organizaciones de proxenetas y se dediquen esos recursos a proteger a las víctimas, que se nacionalicen los bancos implicados en el lavado de dinero, y que se expulse, se detenga y se juzgue a los policías y jueces implicados en proteger, legal e ilegalmente, esta esclavitud sistémica contra nosotras.
Desde Libres y Combativas sabemos muy bien que no podemos conformarnos ni con proyectos de Ley, ni con asientos ministeriales. ¡Tenemos que ser claras! El discurso no vale de nada si se abandona la movilización en la calle, si se aboga por la paz social y se cede la iniciativa a la derecha.
Nosotras lo sabemos. Millones lo sabemos. Solamente con un programa anticapitalista que confronte con los y las poderosas, que con sus reformas laborales, con sus privatizaciones, con su Iglesia, con sus jueces y policías nos arrebatan nuestros derechos, estaremos en condiciones de conquistar la igualdad, la libertad y la justicia que merecemos.
¡Este 8M vamos a llenar las calles de feminismo revolucionario!