El pasado 8 de febrero, el PNV presentó el borrador “Bases para un Acuerdo Educativo”, que establece las líneas de una futura ley educativa en la CAPV y que contara con el apoyo de su socio de Gobierno, el PSE, y también de EH Bildu. A las 48 horas de presentarse este documento, estos tres partidos se apresuraron a renovar por seis años más los conciertos (es decir, las subvenciones públicas millonarias) que reciben los centros privados, en una Comunidad donde la educación privada-concertada representa ya el 50%, la tasa más alta del Estado español y las segunda a nivel europeo, solo por detrás de Bélgica.

Desde Ikasle Sindikatua decimos, alto y claro, que rechazamos categóricamente un pacto que supondrá un nuevo salto en la privatización de la Educación pública vasca, y nos vemos obligados a señalar que es completamente lamentable la implicación en el mismo de EH Bildu, que rompe de esta forma el acuerdo que firmó con nuestra organización hace dos años, en defensa de una educación pública, gratuita, laica, de calidad y en euskera.[1]

El Pacto Educativo, del que sólo saca beneficio de la derecha vasca, la patronal de la enseñanza privada concertada y la jerarquía eclesiástica, plantea con claridad un objetivo principal: equiparar plenamente la red de educación pública y el negocio de la privada, llegando a afirmar la barbaridad de que "ambas ofrecen el mismo servicio público” y, por tanto, hay que financiarlas por igual con el dinero del presupuestó educativos. Es una completa vergüenza que en la CAPV se apruebe, con el apoyo de EH Bildu, un acuerdo de derechas como éste.

Una ley que profundiza un modelo clasista y segregador

La patronal católica, Kristau Eskola, y la patronal de las Ikastolas, se han mostrado entusiasmadas. Y no es para menos. Se estima que el dinero público destinado a los conciertos se incrementará en 288 millones hasta los 918 millones de euros al año, un 30% del Presupuesto del Departanente de Educación, al que se añadiran numerosas subvenciones que se reciben aparte.

Como consecuencia de esta bajada de pantalones ante la jerarquía de la Iglesia Católica, que controla más del 70% de la educación concertada, el derecho a una educación laica ni se menciona siquiera en el texto del Pacto, por lo que podrán seguir adoctrinando a decenas de miles de jóvenes en sus ideas reaccionarias.

La ponencia es muy clara a la hora de justificar, con argumentos falaces y cínicos, su apoyo total a la privada: “En su apuesta por una escuela que contribuya a superar las desigualdades de origen, el Servicio Vasco de Educación acogerá a los centros sostenidos con recursos públicos, con independencia de su naturaleza jurídica, en la medida en que intervengan de manera activa en el esfuerzo por superar la segregación y la exclusión social.”

Para los firmantes del Pacto, la forma para frenar las desigualdades de clase es, ni más ni menos, ¡que  aumentar drásticamente la financiación a las patronales de la red privada!, que es justamente lo que perpetua la desigualdad social porque detrae recursos fundamentales de la red pública, y consagra los recortes educativos que los centros públicos han sufrido año tras año.

Para justificar este robo a mano armada se pone como excusa… la lucha contra el cobro de cuotas ilegales. En definitiva, la derecha vasca, con el apoyo del PSOE-PSE y de EH Bildu, nos dicen que la educación concertada tendrá barra libre en los presupuestos restando recursos a la educación pública, pero que no nos preocupemos, que ya vigilaran que no se cobren cuotas "ilegales" y que los curas no segreguen. ¡Y hay que creerlo!

Pero el Pacto también tiene el remedio para saltarse a la torera sus objetivos de igualdad. Con el paraguas de la “autonomía del centro” y del “respeto la libertad de elección de centro por parte de las familias”, que tanto gusta a la derecha del PNV, del PP e incluso de Vox, propone que los centros públicos y concertados compitan entre sí, y de esta manera podrán recibir más recursos humanos y materiales. No hay que olvidar, además, que las condiciones del profesorado en la concertada son notablemente peores que en la pública, y de esto se guarda completó silencio.

El Pacto consagra la situación devastadora que sufre la educación pública en la CAPV y una segregación de clase que se ha hecho crónica. Según el informe elaborado por la consultora Silva&Miracle[2] este curso, los estudiantes de ISEC (Índice socioeconómico y cultural) de BAJO NIVEL representan el 81% del alumnado en el modelo A público, el 50% del modelo B público y el 32% del modelo D público. En la privada concertada, sin embargo, tan solo representan el 6%, el 9% y el 3% respectivamente[3]. Por otro lado, en el modelo público A y B el 44% de los alumnos son inmigrantes, frente al10% de modelo A y B de la privada-concertada.

Y en lo que se refiere al fracaso escolar, el nivel de repetidores en el Modelo público A y B llega hasta el 50% y en el modelo D hasta el 19%, mientras en la privada es del 16% y del 7% respectivamente. Es evidente lo que han significado las políticas de recortes brutales en la enseñanza pública y de privilegios y recursos a mansalva para la privada. Hoy en la CAPV existe un modelo educativo clasista que segrega y discrimina. Y el Pacto sólo reforzará esta realidad.

El Pacto no defiende el euskera

El Pacto tampoco supone un avance para defender nuestra lengua, el euskera. En el documento ni siquiera menciona la inmersión educativa, sino “un modelo plurilingüe, con el euskera como eje”, pero respetando “el proyecto lingüístico de cada centro”. Este modelo, que ha resultado un fracaso, representa una barrera para el desarrollo del aprendizaje y el uso del euskera, no integra al alumnado, y aparta a quienes tienen más dificultades para acceder a la lengua, como las y los alumnos de origen inmigrante. La segregación de clase se traduce en segregación lingüística.

Por otro lado ¿Por qué no pueden pasar a titularidad pública las ikastolas, cuando sí se pueden financiar al 100% con dinero público? Carece de sentido.

El nacimiento de las ikastolas bajo el franquismo jugó un papel central para preservar y salvar el euskera frente a la represión de la dictadura. Pero hoy, ¿cuál es el problema para que esa red de ikastolas pasen a plena titularidad pública, manteniéndose una gestión democrática por parte de todas y todos los actores de la comunidad educativa? Es perfectamente posible, integrando y extendiendo en la red pública el esfuerzo de su comunidad educativa en la defensa militante del euskera.

En definitiva, superar la barrera lingüística y defender el euskera sólo puede lograrse a través de un modelo de inmersión accesible a todas y todos a través de una red 100% pública y dotándola de todos los recursos humanos y materiales que la hagan posible.

EH Bildu debe rectificar inmediatamente

En julio de 2020, previo a las elecciones autonómicas, EH Bildu firmó con Ikasle Sindikatua un acuerdo en el que se comprometía a defender la educación pública vasca. El pacto educativo que firma ahora con el PNV y el PSE, es justo lo contrario de lo que EH Bildu se comprometió a defender, blanquea las políticas privatizadoras de la derecha vasca y potencia el tremendo negocio que se ha hecho de un derecho tan básico como es el de la educación.

Argumentar, como se hace desde la dirección de EH Bildu, que el “carácter de servicio público no lo define… la naturaleza jurídica del centro sino los compromisos que éste adopta para con la comunidad” superando “la dicotomía público/concertado”[4], y hablar de “centros comunitarios” para designar a los centros concertados, solo busca encubrir y adornar la privatización.

La patronal de las Ikastolas y sectores de EH Bildu argumentan que quieren mantener la independencia de sus proyectos frente a las administraciones y el Estado español.  Pero la realidad es que quien ha aplicado las políticas privatizadotas en la CAPV durante las últimas décadas ha sido el PNV, maquillando leyes estatales como la LOMCE con Heziberri.

La única forma de poner fin a un modelo educativo clasista y privatizador es defender una única escuela pública vasca: de titularidad 100% pública, gratuita desde infantil hasta la universidad, de calidad, con suficientes recursos para acabar con la desigualdad y la segregación, completamente laica y que implemente la inmersión lingüística en euskera para evitar su constante retroceso. ¡Y esto solo se podrá hacer acabando con el negocio de la concertada!

Nos encontramos ante un gravísimo ataque contra la escuela pública vasca. ¡No podemos consentirlo! EH Bildu debe retirar su apoyo a este atropello. Desde la Comunidad Educativa, la plataforma Euskal Eskola Publikoaz Harro!, la asociación de padres y madres EHIGE, los sindicatos del profesorado, STEILAS, LAB, ELA y CCOO, y las organizaciones estudiantiles, Ikasle Sindikatua y Ikasle Abertzaleak, debemos responder con contundencia en las calles frente a esta nueva ofensiva del PNV, la Iglesia Católica y la patronal.

¡La educación es un derecho, no un negocio!

¡Por una educación 100% pública y euskaldún!

¡Basta de segregación y clasismo!

 

[1]  Acuerdo EH Bildu - Ikasle Sindikatua. ¡Fuera el PNV! ¡Defender políticas de izquierdas con la movilización social!Acuerdo EH Bildu - Ikasle Sindikatua. ¡Fuera el PNV! ¡Defender políticas de izquierdas con la movilización social!

[2] Evolución sociodemográfica del alumnado en Euskadi

[3] Modelo A: Castellano como lengua vehicular; Modelo B: igual proporción de castellano y euskera; Modelo C: Euskera como lengua vehicular.

[4] Hacia un Sistema Público Soberano. Propuesta educativa de EH Bildu