El 21 de diciembre de 2018 una compañera de Libres y Combativas fue atracada, secuestrada y violada en la alcaldía de Iztapalapa, en Ciudad de México. Desde ese mismo día nos tuvimos que enfrentar a una actitud machista, negligente e incompetente por parte de las autoridades que supuestamente son las encargadas de resolver este tipo de delitos.

Ante el intento del Ministerio Público de persuadir a la víctima de no realizar la denuncia porque “sería un proceso largo” y tras conocer todas las irregularidades que se estaban sucediendo en la investigación, Libres y Combativas decidimos lanzar la campaña “No estás sola” en enero de 2019. Teníamos que dar a conocer este caso para seguir denunciando la violencia estructural que sufrimos las mujeres en México y la justicia patriarcal también desde las calles. Y así lo hicimos.

Durante casi tres años hemos hecho frente a la corrupción y al alargamiento de los procesos judiciales que convierten las denuncias en una tortura aún mayor para las víctimas y sus familias. Frenamos el intento de aplazar las audiencias judiciales bajo la excusa de la pandemia. Organizamos 12 actos públicos y mítines, enviamos quejas a la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, entregamos más de 300 firmas llegadas de todo México y a nivel internacional a los tribunales, aportamos nueva información del agresor por nuestros propios medios –descubrimos que había atacado antes a por lo menos otras diez mujeres en la zona de Iztapalapa–. Es decir, utilizamos todas lasherramientas a nuestro alcance y la presión de un movimiento feminista en ascenso para hacernos ver y escuchar.

Gracias a estos métodos, a la valentía y fuerza de nuestra compañera, y al apoyo que hemos recibido de decenas de colectivos y centenares de mujeres y hombres, el 19 de noviembre de 2021 conseguimos una sentencia no sólo ejemplar, sino histórica: 81 años y 6 meses de cárcel contra un violador reincidente, por los delitos de secuestro exprés agravado y violación. Esta resolución del caso es todavía más demoledora si tenemos en cuenta que en México se producen 11 feminicidios al día y sólo el 5% de las denuncias por violación obtienen algún tipo de sentencia –las penas máximas suelen ser de 17 años en comparación con las condenas por secuestro que llegan hasta los 90–.

Hoy hay un violador menos en las calles de México. Gracias a la movilización, hemos conseguido justicia para todas las víctimas de este criminal. Sólo con la organización y defendiendo un feminismo de combate y anticapitalista podremos conseguir unas vidas libres de toda violencia, poner fin a tanto sufrimiento y humillación y derrotar este sistema capitalista patriarcal.