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Un 28 de junio más decenas de miles de jóvenes hemos inundado las calles y plazas de todo el Estado para reivindicar un Orgullo de combate. El calor nos daba igual. Somos muchas, muchos y muches quienes tenemos grabado a fuego este día en el calendario para salir a combatir contra la extrema derecha, contra quienes hacen de nuestra lucha un negocio y contra el capitalismo que nos asfixia.

20.000 personas colapsando las Ramblas de Barcelona, 10.000 llenando de banderas arcoíris, trans y de Palestina el barrio madrileño de San Blas; más de 5.000 en Gijón y otros 5.000 más en Bilbo. La misma imagen en Tarragona, A Coruña, València, Vitoria, Valladolid, Segovia, Sevilla y tantas ciudades más. Nos dejamos la garganta gritando ¡no es una fiesta, es una protesta!, ¡la transfobia es peor que todo este calor!, ¡no desfilamos, nos manifestamos! ¡maricas y bolleras, la misma clase obrera! ¡el Orgullo será antifascista o no será!

Las compañeras de Libres y Combativas, el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria, con nuestros megáfonos, pancartas y materiales, hemos enviado cuatro mensajes claros en este día.

El primero. No nos representan los desfiles que lavan la cara a empresas, bancos y al capitalismo. Cada mes de junio tenemos que soportar que multinacionales se pongan el emoticono LGTBI en sus redes sociales y hagan muchas declaraciones sobre que "love is love”. Coca-Cola, el banco Santander, Repsol, el Corte Inglés… patrocinan el Pride pero nos niegan el derecho a una vivienda digna y especulan con nuestros barrios, los otros 364 días del año se niegan a contratarnos por nuestra orientación o identidad sexual, destruyen nuestro planeta y se están haciendo de oro con el genocidio al pueblo palestino. No. Nuestros derechos no se consiguen en carrozas y no permitiremos que nos robéis nuestra bandera. Lo que verdaderamente nos representa es la lucha masiva, revolucionaria y desde abajo.

En segundo lugar, la lucha LGTBI es la lucha contra la Internacional reaccionaria, sus bandas fascistas y la judicatura que les protege. Los Milei, Trump, Ayuso, Abascal y Meloni no se cansan de demostrarnos que quieren hacernos retroceder en el reloj de la Historia. Una ofensiva fascistoide contra las personas LGTBI, la comunidad trans y la población migrante que es la que está detrás del aumento de la violencia física que sufrimos. La reacción nos señala y su base social nos golpea impunemente. Pero si quieren venir a por nosotres, muy bien, aquí les esperamos. La magnífica respuesta social contra la prohibición del Orgullo en Budapest, con una manifestación multitudinaria que expresó toda la rabia contra el reaccionario de Orbán, es una buena prueba de que nos van a tener enfrente y organizadas.

Tres. Quienes este fin de semana hemos levantado Orgullos críticos muy poderosos somos las mismas que llevamos 20 meses manifestándonos en solidaridad con el pueblo palestino. La conmoción que sentimos es inmensa: un genocidio retransmitido en vivo y en directo, los nazisionistas hablando de “solución final”, el imperialismo norteamericano regando el mundo de guerras y atrocidades… Y todavía hay supuestas “democracias” europeas que se atreven a, bajo la excusa de los derechos LGTBI, tratar de lavarle la cara al sionismo asesino. No permitimos que nuestra identidad sea manipulada para fomentar una islamofobia repugnante y defender un Holocausto. ¡Viva Palestina libre! ¡Ruptura de relaciones ya con el Estado de Israel!

Y por último. Un mensaje al Gobierno central. Sabemos que les gusta mucho utilizar las palabras “progresismo” y “antifascismo”… cada cuatro años exactamente. Pero estamos ya muy hartas. Precisamente porque nosotras SÍ somos antifascistas consecuentes tenemos que señalar que las políticas del PSOE y Sumar están abriendo las puertas de par en par a la extrema derecha. Se dicen de izquierdas, pero gobiernan para los caseros rentistas y aprueban presupuestos militares estratosféricos que saldrán de desmantelar nuestra educación y sanidad públicas. Se dicen feministas pero la educación sexual inclusiva en nuestras aulas no está ni se la espera y promueven una transfobia despreciable. Dicen combatir a los ultras, pero la policía, la judicatura y el aparato del Estado están llenos de fascistas, siguen sin derogar la Ley Mordaza y los montajes policiales siguen a la orden del día y ahora, desprecian a los trabajadores del metal de Cádiz y llenan los barrios de la ciudad de antidisturbios para sembrar el terror y poner fin a una huelga ejemplar.

Como estamos viendo todos los días, la palabrería vacía y la “acción institucional” no sirven de nada. Es el momento de la organización consciente y decidida. Todos los días del año. Por nuestros derechos, por una vida digna y contra el capitalismo.

Construyamos una alternativa a este sistema enfermo juntas. ¡Únete a Libres y Combativas y a Izquierda Revolucionaria!