El Sindicato de Estudiantes (SE) y Libres y Combativas (LyC) convocaron el pasado 26 de febrero una huelga estudiantil en Parla (Madrid) contra la prohibición impuesta a jóvenes musulmanas de llevar su hijab si quieren asistir a clase en sus institutos públicos. Inmediatamente, toda la calaña fascista con VOX a la cabeza empezó a vomitar racismo, islamofobia y misoginia en redes sociales.
Este ataque no nos sorprende. Tanto el SE como LyC son organizaciones antifascistas, antirracistas y anticapitalistas con una historia más que probada en defensa de una educación pública, gratuita, democrática, laica y científica, y de un feminismo de clase y revolucionario.
Nuestra huelga en Parla contra el racismo y la islamofobia ha desatado la ira de los fascistas.
— Sindicato de Estudiantes 🇵🇸 (@SindicaEstudian) February 28, 2025
Es importante entender lo que está sucediendo y por qué este odio.
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Lo que podría sorprender es que sectores autoproclamados laicos, feministas y progresistas ataquen esta huelga argumentando que es necesario liberar a las mujeres jóvenes musulmanas por los siguientes medios:
1º- humillarlas ante toda la comunidad educativa presentándolas como sumisas y atrasadas,
2º- alimentar el odio contra ellas acusándolas de propagar la opresión machista,
3º- prohibiendo que vistan como quieran,
4º- impedirles ejercer su derecho a huelga y manifestación recurriendo a la policía si es necesario, y, sobre todo,
5º- proponiendo que este supuesto proceso de emancipación debe ignorar la opinión y sentimientos de estas mujeres, porque parece que su auténtica libertad provendrá de recibir órdenes de directores de instituto que triplican su edad que les dicen: “bonitas, os estamos haciendo un favor al quitarlos ese trapo de la cabeza”.
No es una broma. Estos individuos existen. Son directores de varios IES públicos y representantes del ayuntamiento de Parla, cuyo equipo de gobierno está compuesto por el PSOE y Más Madrid.
Ni siquiera es la primera vez que asistimos a un escarnio público liderado por progres contra colectivos integrados por las personas más cruelmente oprimidas y racializadas por el sistema capitalista y su orden político y social. Cómo olvidar la campaña de odio contra la comunidad trans liderada por las organizaciones de extrema derecha y a las que se han sumado entusiastas numerosas diputadas y dirigentes del PSOE.
En cualquier caso, las y los miembros del SE y de LyC podemos sentir el orgullo de estar en la barricada de quienes más sufren y de granjearnos el odio de quienes siempre encuentran un lugar calentito al lado del poder.
Aunque parezca evidente, tenemos que recordar que ni el SE ni LyC defienden la religión, el hijab, los crucifijos o la estrella de David… Tan es así que en ambos casos sus fundadores y fundadoras, y la mayoría de sus dirigentes, somos comunistas, ateas y ateos. Sin embargo, cuando un trabajador y trabajadora, una joven, un joven, se acercan a nuestras organizaciones para afiliarse o en busca de ayuda para defender derechos legítimos, ni preguntamos ni nos fijamos en su religión, color de piel, opción sexual o país de nacimiento. Simplemente explicamos qué defendemos y cómo lo hacemos, y si están de acuerdo se suman a la batalla.
No impedimos a una mujer participar en la huelga feminista por usar hijab, ni prohibimos a un hombre participar en una manifestación del 8M, como tampoco negamos la palabra en nuestras asambleas a quienes llevan una medalla de una virgen o un crucifijo. Tampoco preguntamos a ninguna mujer sobre sus genitales ni a ningún un hombre sobre si su pareja sexual tiene pene o vagina. Respetamos la libertad y privacidad de cada individuo con la convicción de que sus elecciones en cada uno de los ámbitos descritos no afecta a su capacidad para luchar tras nuestras banderas.
Pero cuidado, nuestras puertas no están abiertas para todos y todas. Si eres fascista, racista, tránsfoba o explotas a otros seres humanos, no sólo no puedes participar en nuestra actividad, nuestras diferencias son irreconciliables y nunca compartiremos barricada. Tampoco son bienvenidos los progres de salón ni las feministas de postín. Nuestro rechazo a la hipocresía y los paripés no proviene de argumentos morales ni del temor al pecado de la mentira, sino de una posición política revolucionaria.
Al igual que no nos tragamos las lágrimas de cocodrilo ni los hipócritas discursos de solidaridad con Palestina del gobierno de Pedro Sánchez que consiente el envío de armas que facilitan el genocidio sionista en Gaza[1], denunciamos a las y los supuestos defensores del laicismo y el feminismo de postureo que son implacables y valientes contra niñas y adolescentes musulmanas de barrios obreros, pero sumisas y serviles ante el gigantesco poder y los privilegios de ese bastión del machismo que es la jerarquía de la Iglesia católica.
Mensajes machistas dentro de los centros de estudio financiados por el Estado
La opresión de la mujer es un asunto muy serio y hay que abordarlo de forma rigurosa. Millones de mujeres ven amenazada todos los días su integridad física, emocional y sicológica desde que nacen hasta que mueren: en el Estado español se denuncian 14 violaciones al día, es de decir, una cada dos horas; y 55 agresiones sexuales al día, es decir, más de dos cada hora[2].
En nuestro país más de 2,8 millones de niñas y mujeres de 16 o más años han sufrido violencia sexual[3], y desde 2003 casi 1.300 mujeres han sido asesinadas por violencia de género y el número de menores huérfanos por violencia machista contra sus madres es de 471 desde 2013[4].
Mientras no existe una asignatura de educación sexual inclusiva, la religión católica es una asignatura de oferta obligatoria desde educación infantil hasta bachillerato en todos los colegios e institutos públicos que supuestamente son laicos. No hablemos de la concertada y privada que está directamente en manos de la Iglesia. Esto es, estamos sometidas desde la más tierna infancia hasta la adolescencia a la propaganda católica que coincide con la extrema derecha en aspectos decisivos.
Hablamos de un aspecto tan vital para el sostenimiento ideológico y económico de la jerarquía eclesiástica, que hay más del doble de profesores de religión (36.686) que sacerdotes (15.285)[5]. Efectivamente, un ejército de miles de defensores/as de la ideología de la Iglesia católica rodeados de cientos de miles de niños, niñas y adolescentes todos los días lectivos en colegios e institutos.
Y, ¿cuáles son los valores que propagan respecto a la mujer? Como no disponemos de espacio para profundizar en su colaboración con los 40 años de dictadura franquista, en los que la mujer era considerada inferior al hombre y las rojas y revolucionarias criminales[6], ni su papel protagonista durante décadas en el robo de decenas de miles de bebés a mujeres trabajadoras para sacarse un buen dinerito vendiéndolos a familias acomodadas, vamos a centrarnos en la actualidad.
El divorcio es pecado[7] (salvo que seas rico), el aborto un homicidio[8], la homosexualidad una perversión sexual que se puede curar[9] y, desde luego, nada de igualdad entre hombres y mujeres. Hace unos tres años dos centenares de mujeres decidieron consagrase sacerdotes de la Iglesia católica[10] y, por supuesto, fueron inmediatamente excomulgadas y denunciadas, algo prácticamente impensable cuando se trata de pedófilos con sotana. La justificación oficial de esta discriminación habla por sí sola: las mujeres no pueden ser sacerdotes porque el mismo Cristo, que instituyó el Sacramento, determinó que fueran varones quienes ejerzan este ministerio[11].
¿Exageración? Invitamos a quienes duden a ver y escuchar[12] a sor Marta, una monja de clausura que, a petición del profesor de religión del IES Gabriel García Márquez de Madrid, hizo un video para poner en clase. ¿Qué aprendieron estos alumnos y alumnas sin que nadie de la junta directiva o el Consejo Escolar levantaran su espada justiciera de laicismo indignado? Por ejemplo, que las monjas católicas se cubren el pelo porque es “signo de modestia, de humildad (…) Quien se consagraba a Dios se cortaba el pelo. Como era una vergüenza, por pudor venía bien taparlo (…) pasó a ser un signo de virginidad”[13].
Haciendo el caldo gordo a la extrema derecha
Esta propaganda integrista católica que se difunde impunemente, y que tan poco molesta a los supuestos defensores del laicismo indignados con las jóvenes musulmanas, es uno de los síntomas de un proceso que el SE lleva años denunciando: se está promocionando el ascenso de los sectores más conservadores y reaccionarios a la dirección y jefatura de estudios de los centros.
Después de todo, el movimiento estudiantil siempre ha sido un desafío para los gobiernos de turno, y hay que controlarlo. Muchos de sus protagonistas son del entorno del PP, pero también los hay, y no pocos, del PSOE. Tienen varias señas de identidad. Una de las más destacadas es la represión del derecho de huelga. Cada convocatoria estudiantil se enfrenta a numerosas direcciones que permiten exámenes los días señalados para luchar, que mandan cartas a padres y madres para denostar la convocatoria o amenazan con graves sanciones a los representantes estudiantiles.
Como no podía ser de otra forma, otra seña de identidad es el paternalismo y la represión contra las mujeres jóvenes. ¡Qué obsesión por la vestimenta de las adolescentes! Si las compañeras musulmanas de Parla son obligadas a destaparse, otras muchas miles son censuradas por lo contrario: la falta de ropa. Tienen que taparse. No pueden utilizar “faldas o pantalones que sean demasiado cortos, tops y escotes pronunciados” si quieren evitar ser sancionadas[14].
Y es que, el ascenso de la extrema derecha que se extiende por todo el mundo, y que refuerza la violencia sistémica contra las mujeres, afecta a todos los planos de nuestra vida: desde no poder tener en la práctica derecho al aborto libre y gratuito en la sanidad pública, la desigualdad salarial, la privatización de los cuidados, la cosificación de nuestros cuerpos, la prostitución, los vientres de alquiler, la homofobia y el odio trans, y los asesinatos que la justicia patriarcal deja impunes.
Todo esto también se da en los países dominados por el Islam, o mejor dicho, por la burguesía y los capitalistas que recurren al islam y al integrismo como en esa dictadura teocrática reaccionaria de los Mulás en Irán. Pero en Occidente es el pan nuestro de cada día. No lo olvidemos.
Para Trump, Abascal, Meloni, Bolsonaro, Milei, Le Pen y compañía, las campañas racistas anti-inmigración son un asunto estratégico. En vez de buscar a los y las responsables de nuestra falta de vivienda, de nuestras condiciones de trabajo extenuantes y bajos salarios o del deterioro y masificación de la sanidad y educación públicas entre multimillonarios como Musk, en los banqueros y especuladores inmobiliarios, pretenden que giremos nuestro dedo acusador hacia nuestras compañeras de clase con hijab, a nuestros vecinos y compañeros/as de trabajo latinos o magrebíes.
Se trata de que los oprimidos y oprimidas nos dividamos y enfrentemos para que no luchemos unidos contra el enemigo común que nos oprime. El viejo y rentable divide y vencerás.
El ideario fascista actual de que nuestra civilización y costumbres están amenazadas por el avance del Islam, es la forma cruda que adopta el viejo racismo despreciable que en el siglo XX se vestía de antisemitismo. Ahora los fascistas globales, a diferencia de Hitler, son sionistas, apoyan fanáticamente a Netanyahu en su genocidio contra el pueblo palestino, y esparcen su islamofobia a toda la sociedad. ¿Pero no se ve que el método de los nazis de 1933 y los de 2025 es el mismo?
En este contexto de ascenso de la extrema derecha, esta prohibición de que jóvenes musulmanas no puedan llevar el hijab en centros de estudio públicos, y humillarlas y criminalizarlas todo lo que se pueda, no es casual y, se quiera o no, es una herramienta para inocular el veneno racista a nuestra clase. En la práctica defender estás medidas discriminatorias y racistas es colaborar con la extrema derecha.
Si el SE y LyC defendemos el derecho de las jóvenes musulmanas a no ser discriminadas por usar el hijab en clase, nuestra solidaridad ha sido incondicional y entusiasta con las mujeres, estudiantes y trabajadoras que protagonizaron el heroico levantamiento contra el régimen capitalista y reaccionario de los Mulás en Irán que estalló con el horrible asesinato de la joven Kurda de 22 años, Mahsa Amini, a manos de una “Patrulla de la Moralidad” en Teherán por no llevar bien puesto el velo[15].
¡Siempre con las oprimidas y los oprimidos!
¡Siempre en frente de los opresores y las opresoras!
¡Siempre antifascistas y anticapitalistas!
[1] El Gobierno de Pedro Sánchez no ha dejado de enviar armas a Netanyahu. ¡Qué política más despreciable, qué hipocresía, cuántas mentiras!
[2] DATOS DE VIOLENCIA SEXUAL 2024
[3] 10 datos sobre violencia sexual
[4] Igualdad condena el asesinato por violencia de género de una mujer en Asturias
[5] La Iglesia católica en España
[6] Vallejo-Nágera, el Mengele de Franco, y la estirpe desigual de Rajoy
[7] La profesora de Religión despedida en Almería por casarse con un divorciado vuelve a las aulas 17 años después
[8] Papa Francisco: "El aborto es un homicidio" y quien lo practica "mata"
[9] Dentro de una terapia de conversión en la Iglesia: “Vinculan la homosexualidad con la pederastia”
[10] Excomulgadas: las mujeres que luchan para ser sacerdotes de la Iglesia católica
[11]Los motivos por los que las mujeres no pueden celebrar Misas y que expone la Archidiócesis de Compostela
[12] ¿Por que decidiste ser MONJA EN VEZ DE TRABAJAR? *Preguntas de alumnos* Sor Marta
[13] ¿Por que decidiste ser MONJA EN VEZ DE TRABAJAR? *Preguntas de alumnos* Sor Marta 49,2 K suscriptores Unirme Suscribirme
[14] Retirada inmediata del reglamento machista en el IES Manuel Fraga Iribarne. (Hay muchos artículos en la web del SE que denuncian este mismo asunto en diferentes ciudades e institutos.)
[15] Irán. La juventud y las mujeres en primera línea del levantamiento popular,
