Entrevista a Francho Aijón, padre de Javitxu, uno de los jóvenes encarcelados de los 6 de Zaragoza
El 21 de mayo de 2024 entraba en prisión el último de los seis jóvenes antifascistas de Zaragoza condenados por el Tribunal Supremo a cuatro años y nueve meses de cárcel, multas de hasta once mil euros y un año de libertad vigilada para los dos menores encausados, tras ser acusados de “desórdenes públicos” y “atentado contra la autoridad”. Todo ello por manifestarse en enero de 2019 contra un mitin de Vox.
Esta condena es otro sangrante episodio de un aparato del Estado y una judicatura con estrechos vínculos y sintonía con la extrema derecha que persigue, acosa y encarcela a quienes lo denunciamos y luchamos contra la injusticia, la ultraderecha y por transformar la sociedad. Quieren enviarnos un mensaje: que nos callemos, que nos quedemos en casa, que no salgamos a manifestarnos y que no pongamos en entredicho su “ley y orden”, porque si lo hacemos, nos pasará como a los 6 de Zaragoza.
Sin embargo, pese a la represión, familiares, amigos y compañeros de estos jóvenes no se han quedado callados y la solidaridad desencadenada está teniendo una fuerte repercusión. El 12 abril, cuando se cumple un año de su entrada en prisión, una nueva manifestación recorrerá las calles de Zaragoza para exigir su amnistía y libertad, y para decir bien alto que luchar contra el fascismo no es delito. Hablamos de todo esto con Francho Aijón, padre de Javitxu, en primera línea en este combate contra el autoritarismo y la represión.
El Militante.- Cuéntanos, ¿por qué y en qué circunstancias detuvieron a tu hijo y al resto de sus compañeros? ¿Cómo se desarrolló el juicio?
Francho Aijón.- El 17 de enero de 2019 mi hijo salió a manifestarse y lo detuvieron.
Dicho así… Me explicaré mejor. No salió a corear consignas fascistas como el Cara al sol, ni a gritar “Fuera maricones de nuestros barrios”, como ocurrió hace unos años en Madrid, en el barrio de Chueca. Mi hijo, los seis de Zaragoza, salieron a manifestarse contra el fascismo y desde ese día he aprendido que la protección del Estado es una ilusión.
El juicio fue un formato de reality siniestro en el que el juez encajó la sentencia al margen de la presunción de inocencia, de los testigos de la defensa, de las pruebas de vídeo que no quiso ni peritar o de las contradicciones de la propia policía, y esto es importante porque dio como hecho probatorio su palabra frente a la falta de pruebas. Y esto también es importante, porque no faltaban pruebas, las había: grabaciones de seguridad de la Universidad de Zaragoza. Por eso pensamos que prevaricó, porque no hizo todo lo posible para sostener el principio de inocencia, más bien, al contrario, fabricó una condena de dos penas máximas de tres años cada una.
Luego vinieron los recursos. El TSJA aumentó un año más la pena e inadmitió la prueba de vídeo. Esta vez, las familias habíamos pagado un peritaje, pero no quisieron ni ver la prueba que exculpaba, no solo a mi hijo, a los seis, y que demostraba la teoría de la defensa de que las detenciones fueron aleatorias. Su argumento para rechazar la prueba fue que si esas grabaciones demostraban que no estaban allí —algo que no quisieron ni mirar— eso no descarta que estuvieran fuera del foco. Exacto. Pensé lo mismo. Yo también estaba fuera del foco. Yo soy Espartaco. Estos jueces y el de primera instancia, Carlos Lasala, ni siquiera utilizan una estrategia inteligente, no la necesitan y eso lo hace aún más tenebroso. Los juzgados españoles están llenos de ineptos con toga que tienen el poder de encarcelarte… pero tranquilo si eres un antiguo compañero de pupitre del colegio del Opus. Como dijo José María Aznar: “el que pueda que haga”.

EM.- ¿Cómo reaccionasteis a este atropello?
FA.- Después de una primera sentencia que nos pilló intentando digerir lo que nos estaba pasando, nos dimos cuenta que si no hacíamos algo y denunciábamos lo que estaba ocurriendo, esto iba a quedar silenciado. Otras organizaciones, la Coordinadora Antifascista, hacía su labor con un apoyo incondicional, pero nos dimos cuenta que faltaba el lado más humano de la causa, las familias. Así empezamos como plataforma de «Madres y Padres para la Absolución de los 6 de Zaragoza», pero no llegábamos a todo.
Mis compañeros de Anticapitalistas se ofrecieron para hacer una Plataforma más fuerte y con más presencia en RRSS y en la calle, que tomara las decisiones dentro de la Coordinadora, pero con suficiente autonomía para dirigir otros temas más centrados en una campaña de absolución por todo el territorio del Estado español. Eso sirvió de mucho, porque después del varapalo del primer recurso, el TSJA aumentó un año la condena de seis, Javitxu entró en depresión y se planteaba dejarlo todo como estaba.
Hay que entender la situación. Vas a una manifestación, la policía te pega porrazos, no haces nada y te detienen. Te comes una pena de banquillo de dos años hasta que sale la primera sentencia. Ves a agentes de la policía mentir para inculparte, te condenan sin pruebas a dos penas máximas. Te queda la opción de la prueba de vídeo, pagamos un peritaje, sale a tu favor, el tribunal no admite el peritaje, y te suman un año más a la pena.
Pero no ganaron. Nos pusimos a trabajar. Javitxu salió a denunciar, poniendo su rostro y su cuerpo, para demostrar el putrefacto hedor que sale de los juzgados del Estado español. Y llegó a la sentencia del Supremo con más fuerza y con la mentalidad de saberse un preso político. Eso le ayudó a entrar como un referente y no solo como una víctima. Una sentencia, la última, que rebaja la pena a los cuatro años y nueve meses que llevan cumpliendo los chavales. Casi un año de secuestro.
EM.- Lo que les ha ocurrido a los 6 de Zaragoza no es un caso aislado. En febrero se cumplían 4 años desde que Pablo Hasél está en prisión, pero ahí están también las 6 de La Suiza, 8 de CaixaBank, centenares de sindicalistas y activistas de los movimientos sociales… Lo cierto es que tanto Javitxu como todos los demás pueden calificarse sin exageración como presos políticos del régimen del 78. ¿A qué crees que se debe esta actuación represiva por parte del aparato del Estado?
FA.- Los 6 de Zaragoza son presos políticos. Fijaos cómo será el caso que a mi hijo se le denegó el acceso a la revista de la prisión por su perfil político. Todos los funcionarios le han hecho ver que conocen su caso y a él porque ha sido la cara visible de la campaña Absolución 6 de Zaragoza y ha recibido alguna amenaza por ello, verbal, de momento, veremos qué pasa si cambian los signos políticos. Hay quien prefiere no verlo porque así puede seguir viviendo con una falsa tranquilidad. Votar cada cuatro años y a otra cosa.
La democracia y el Estado no fallan. No me oiréis decir esto. He podido comprobar en mis carnes que las democracias están diseñadas para actuar así. La clase trabajadora no tiene acceso a ninguno de los poderes, y si alguien llega, es porque ha dejado su conciencia de clase por el camino.
El Estado y su separación de poderes es una forma de legitimar el reparto del pastel. Y es inversamente proporcional a la presión en la calle. Creo que experimentan con nosotras. Van apretándonos y si no salimos a responder, se vuelven más autoritarios y nos quitan derechos. Por eso, y porque han demostrado no estar a la altura de los Derechos Humanos en casos de flagrante vulneración como en el caso genocida de Israel, los Estados solo deben desaparecer. Las democracias representativas no se cuestionan, pero sin el acceso a ninguno de los poderes, la mayoría de las personas estamos dirigidas por burgueses o mayordomos de la oligarquía. Nosotras, desde la Plataforma, no miramos al Estado para que nos ayude, le exigimos un comportamiento justo para ponerlo frente a un espejo y mucha gente pueda ver lo hipócrita que es hablar de progresismo y mantener, al mismo tiempo, leyes de épocas franquistas.
Y no pretendo hacer antipolítica. Creo que la política se hace más allá de los edificios donde se toman decisiones sobre nuestro futuro, se hace política en muchos colectivos, como dentro del Sindicato de Estudiantes, ya histórico y desde el que hacéis frente al fascismo en las aulas y fuera de ellas. Me parece mucho más política una acción sindical que darle a un botón en el Congreso de los Diputados para votar una u otra ley. Por cierto, el Congreso es un edificio opulento presidido por dos bustos de los Reyes Católicos que solo refleja la necesidad de estar fuera de él para que las cosas cambien de verdad.

EM.- El Gobierno PSOE-Sumar ha hecho oídos sordos a vuestra petición de indulto de una forma vergonzosa. Y esto ocurre mientras Pedro Sánchez alardea de ser el muro de contención frente al ascenso de la ultraderecha. ¿Qué opinión te merece todo esto?
FA.- De hecho, el indulto sigue su proceso de informes, mientras las leyes que deberían impedir que se repitan desmanes como este, y otros que ya comentasteis, siguen sin derogarse. Mi opinión es que la política es un reparto de competencias entre una clase de privilegiados que, incluso cuando son bien intencionados, no están dispuestos a poner en peligro su puesto para conseguir más derechos.
¿Cuántos derechos se han conseguido por una votación del Congreso? Y me refiero a derechos de verdad, los que tocan los privilegios de clase. Hay otros que les ha sido más fácil otorgar. No quiero entrar en polémica, pero todos los que tienen que ver con derechos laborales y sindicales, de reconocimiento de colectivos, se han conseguido en la calle.
Este Gobierno no es progresista. Y por eso ganan en las encuestas los fascistas. Pasó en Alemania hace no mucho, pasó en EEUU, pasó en Francia y en otros países europeos ya gobiernan.
La socialdemocracia de PSOE y Sumar facilita los votos de la ultraderecha porque no da soluciones, solo propone parches y hace más fácil el mensaje simplista de Vox. No creo que sean conscientes, es posible que piensen que son el «muro de contención», pero si echan un vistazo a la Ley Mordaza y a los puntos más punitivos de la reforma del Código Penal que propuso Rajoy, e incluso a las decisiones de infiltración por parte del Ministerio del Interior, uno podría pensar que son un Gobierno que no respeta los derechos humanos de sus ciudadanos. Creo que deberían dejar de echar balones fuera o empezar a ponerse a currar.
EM.- En abril se cumplirá un año desde la entrada en prisión de los 6 de Zaragoza, y la solidaridad no amaina. Al contrario, este caso se ha convertido en un referente de lucha y resistencia antifascista. ¿Cómo lo valoráis y qué acciones tenéis previstas?
FA.- Sí, y eso es importante. Sacamos adelante un crowfunding que nos permite pagar multas y que puedan llegar los terceros grados cuanto antes. También los colectivos nos hacemos más fuerte con causas como estas y entendiendo este tipo de represión como algo transversal que nos puede pasar a cualquiera. En el momento el que escribo esto una compañera de Futuro Vegetal ha sido detenida y sigue en los calabozos de la Guardia Civil, suponemos que por trabajar por un mundo mejor para todas, pero sobre todo por hacerlo restando algún privilegio a estos compañeros de pupitre de los jueces que ordenan este tipo de diligencias.
La solidaridad entre las causas en todo el territorio del Estado español está dando sus frutos y estamos empezando un camino de insumisión judicial entre distintas organizaciones que pretende no claudicar a sus acciones represivas y que no se queden sin respuesta.
Nosotras saldremos en abril, cuando se cumple un año desde que entraron en prisión. Tomad nota: el sábado 12 a las 12h. en la Glorieta Sasera (Cañones) en Zaragoza.
EM.- Por nuestra parte transmitiros toda nuestra solidaridad, fuerza y cariño para Javitxu y sus compañeros y para ti, familias y amigos. Muchas gracias por todo lo que estáis haciendo, sois un ejemplo de dignidad. Si quieres añadir algo más…
FA.- Gracias por vuestras palabras y vuestro amor. Nuestro amor contra su odio, siempre. Solo quiero añadir que debemos trabajar para que todas podamos estar más seguras en las calles sin que puedan venir matones a decirte que no tienes derecho a expresarte con la persona que amas o por pertenecer a una religión distinta o por no representar el canon de ciudadano español que se han inventado unos cuantos aprovechados que quieren sacar rédito del miedo para hacer lo de siempre, repartirse nuestra plusvalía, nuestro sudor y esfuerzo. Son los mismos que quieren dejar a nuestros abuelos sin pensiones, por eso no hay que poner peros a los cambios que necesita la sociedad.
Y entiendo que necesita cambios en su forma de organizarse para echar de los puestos de poder a los que nos quieren presas. Y echarlos significa eso, quitarles la toga y el mazo, la canana y la pistola, el eslogan de «izquierda valiente» y que dejen de reproducir La Internacional donde no se creen ni la mitad de la letra. Sin dejar de exigirles que cumplan con los derechos que conseguimos de abajo a arriba, porque esas garantías no nos las regalaron ellos, son el fruto del sacrificio de miles y millones de personas en todo el mundo, y en el Estado español tenemos cunetas que refuerzan esta idea.
Francho Aijón interviniendo en el 21 Congreso del Sindicato de Estudiantes
Sin dejar de pensar en las personas presas, casi todas de clase trabajadora, encerradas por cometer delitos que tienen que ver con su condición de clase y las encerronas del capitalismo. Mi hijo, desde dentro, también trabaja y vela por los derechos de los reclusos. Han metido un caballo de Troya. Si Javitxu me hubiera salido de derechas, lo querría igual, pero después de todo este proceso, además de quererle como padre, estoy orgulloso de él.
Ojalá no fuera en estas circunstancias, pero me ha demostrado ser una de las personas más íntegras que he conocido en mi vida. Su ejemplo debe hacer todo lo contrario que pretenden encarcelándolo. En la próxima manifestación tenemos que ser más, muchas más. Eso es lo que hará Javitxu en cuanto salga, se manifestará contra el fascismo. Porque lo hizo y lo volvería a hacer. Y si en algo tengo que ver para que haya salido así, yo también LO HICE Y LO VOLVERÍA A HACER.