Lo que vivimos ayer, lunes 17 de marzo, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada (UGR) no tiene nombre. Macarena Olona, esta pija reaccionaria y exdiputada de Vox, intentó celebrar una charla sobre “Feminismo y derecho” junto al racista de Santiago Armesilla y otras personas abiertamente tránsfobas.

Macarena Olona queriendo hablar de “feminismo”… el chiste se cuenta solo. Esta provocación de manual fue respondida por la acción de centenares de estudiantes antifascistas de la Universidad, quienes pacíficamente bloqueamos las puertas de entrada al acto. Lo diremos las veces que haga falta: los discursos de odio y fascistas no tienen lugar en las Universidades públicas, y punto.

Cuando esta señora apareció, se dio cuenta de que estaba totalmente bloqueada y que el acto no se iba a celebrar. Fue entonces, cuando se lanzó contra nosotras, empezó a agarrar a compañeras y compañeros del pelo mientras forcejeaba, y provocó que los antidisturbios, ahí presentes, cargaran salvajemente contra la protesta estudiantil. El resultado ya lo sabemos: heridos y dos personas detenidas que han pasado la noche en el calabozo.

Que la extrema derecha, igual que hizo Espinosa de los Monteros en Somosaguas, se plante en nuestras Universidades, active la represión y luego se hagan las víctimas, no es algo nuevo, forma parte de su demagogia. Pero tenemos que denunciar que la represión que estamos sufriendo los y las estudiantes antifascistas en nuestros Campus está dando un salto muy peligroso.

Igual que vimos durante las ocupaciones y acampadas por Palestina, cada vez que hay una protesta estudiantil se militarizan nuestras Facultades. Pretenden que normalicemos que decenas de agentes de la Policía Nacional y decenas de lecheras ocupen las Universidades públicas. Y esto está sucediendo con el sello del PSOE y Sumar. Curiosa manera de frenar a la extrema derecha tiene el Gobierno de Pedro Sánchez.

La extrema derecha, con el permiso de los rectores (que no son otra cosa que los colegas del Partido Popular y los empresarios), quiere pasearse impunemente por nuestras aulas. No lo vamos a permitir. En un momento en que la amenaza del fascismo y los tambores del rearme imperialista suenan más fuertes que nunca, los y las jóvenes antifascistas redoblaremos nuestro compromiso con una Universidad 100% pública y gratuita donde la escoria de la extrema derecha no tenga cabida.

Desde el Sindicato de Estudiantes enviamos toda nuestra solidaridad con las dos compañeras detenidas y exigimos su libertad sin cargos inmediata.

La represión no nos frenará. No pasarán.